El pasado mes de Octubre, dentro de las actividades de Espacio Puebla, tuvo lugar la presentación de este cómic histórico con la presencia de sus autores Pablo Menéndez y Guille Galeote.
Una mañana en la que además de la presentación, tuvieron el honor de depositar uno de los ejemplares de ‘La Fortaleza del Tiempo’ en la vitrina dedicada a las obras literarias en las que aparece el Gigante Extremeño ubicada dentro de su propio museo.
Os dejamos algunas imágenes de la obra y no os perdáis la carta que nos envía Pablo Menéndez.

Pablo Menéndez, guionista de la obra, nos envía este texto sobre la historia de como se consagró La Fortaleza del tiempo.

Estaba en la facultad de cine y nos encargaron escribir una historia sobre un tema interesante que leyéramos en el periódico. Por pura casualidad, me topé con la figura del doctor Velasco y me quedé prendado de ella. Guille y yo éramos amigos desde que estudiamos juntos en la ESDIP, así que fui y le dije: “¡Guille, Guille! ¿Por qué no hacemos un cómic sobre el doctor Velasco?”. Le gustó la idea y me puse a investigar. Y entonces me enteré de la relación de Velasco con Agustín Luengo Capilla y de la existencia de este último.
Guille y yo juntamos todas nuestras ideas y se las pasamos a Julián, editor de Cascaborra (editorial especializada en cómic histórico), quien nos acompañó durante todo el proceso/aventura/quebradero de cabeza que es publicar un tebeo.
Tener material para poder escribir nuestro El Hombre Elefante particular y a la española ya fue bastante sorprendente, pero descubrir la existencia de toda una cultura alrededor de Agustín ha resultado un bombazo psicológico positivo.

El equipo responsable del museo del Gigante Extremño (situado en Puebla de Alcocer, la localidad natal de Agustín) está dedicando un esfuerzo realmente increíble para aumentar nuestro conocimiento sobre este asunto que (cualquiera podría pensar) pertenece solo a la crónica negra española: memorabilia, divulgación, historia, estudios genéticos y construcción de árboles familiares.
Pero resulta que estos temas son más importantes para nosotros (la “gente normal”) que prácticamente cualquier otra cosa. Agustín puede ser (y de hecho en vida lo fue) etiquetado como “el otro”, es decir, “lo monstruoso”. Y si algo vinieron a decir Lacan, Foucault y otros lumbreras es que “el monstruo” es el “nosotros”.
Todos llevamos dentro al marginado, al excluido, al perseguido, al anormal. Si las historias de terror deben tener alguna función, esa es la de evidenciar la famosa frase de Horacio Quiroga: “¿Yo? Yo soy los monstruos”.
Esa es también el objetivo último y muy loable del Museo del Gigante Extremeño.
Ahora les contaré un poco de donde salió Guille Galeote y como llegó a serlo. Nació en Madrid en 1992. Estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, además de cómic e ilustración en ESDIP.
En 2017 (¿hace tanto ya?) colaboramos juntos en el fanzine colectivo Mito-ilógicos (los mejores nombres ya estaban cogidos). Un año después ganamos un concurso de cómic: el primer premio en la primera edición de la Mostra`t de Gandia. En 2020 publicó junto a Iraida Azuara López un libro infantil ilustrado por él.
Además de ser un crack de la ilustración publicitaria, este año 2023 Guille ha dado el salto a la escena internacional del cómic dibujando fabulosos cómics bélicos para la editorial británica D.C.Thompson.
En cuanto a mí, he publicado algunas novelas (La Fortaleza del Tiempo, de hecho, es una precuela de una ellas, La Realeza), he escrito algunas películas, he trabajado y trabajo en algunos cortos, y todavía sigo maquinando para colocar algún proyecto a algún incauto. También estudié Trabajo Social, Cinematografía y actualmente lo hago lo mejor que puedo en la carrera de Filosofía.
Termino ya volviendo a lo que apuntaba antes del “nosotros” y el “otro”. Baste decir que al Poder (con P mayúscula, no importa la tendencia política) le interesa mucho, muchísimo, mantener una distancia adecuada entre el “nosotros” y el “otro”. El Poder siempre necesita enemigos a los que perseguir y condenar.
En ese sentido, el museo dedicado a Agustín Luengo Capilla realiza una labor no diría necesaria (detesto esa expresión), pero sin duda subversiva.

Pablo Menéndez

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RESEÑA <–

El cómic de Menéndez y Galeote, por supuesto, relata está anécdota, pero no se centra en ella.

El guion es excelente.

Como si fuera un director de cine experimentado, Galeote sabe que ritmo imprimir a la historia y que plano emplear para transmitir la emoción que la escena precisa.